sábado, 18 de septiembre de 2010

Día 10: Adiós Guayana


Último día en la Guayana, nos despertamos como todos los días que hemos estado aquí, con ilusión por ver que nos depara este rincón del planeta, lo único que hoy nos inunda un gran sentimiento, no sabemos muy bien que es, es una mezcla de alegría por aquellas experiencias que hemos vivido y un tanto de tristeza por dejar atrás dichas experiencias, aunque queden fijadas en lo más interno de nuestra formación como personas.

Nos despertamos. Desayunamos agotando las últimas existencias que nos quedaban y empaquetamos lo que nos quedaba. Ya estamos todos, acaba de llegar el minibús que nos ha acompañado en alguno de nuestros desplazamientos por la Guayana. Hacemos alarde de nuestras habilidades obtenidas en nuestra juventud con el Tetris, aplicándolo ahora a un caso real, colocar las maletas. Conseguimos distribuirnos todos, nos disponemos a arrancar, cuando de repente… no arranca el minibús !!! Empezamos aquí otra nueva aventura?... esto sigue siendo “Çe la Guayanne”, pero no… por fin arranca y nos ponemos rumbo a Cayenne.



Cayenne, la capital de la Guayana Francesa, situada a unos 70 km de Kourou y a unos 7100 km de París. Es mediodía y tenemos la oportunidad de dar un paseo por la capital, donde nos encontramos con un mercado típico de Cayenne en el cual podemos hacer nuestras últimas compras. Son muy típicos los puestos de frutas, al igual que el que nos encontramos en Kourou, pero éste tenía una especie de mercado central cubierto donde además ofrecían algún que otro artículo artesano como tallas de barcas en madera, cucharas y tenedores de cocina…




Una de las cosas que nos sorprendió, además de los puestos típicos del lugar, fue la gran cantidad de tiendas gestionadas por asiáticos. Es impresionante como están en cualquier parte del mundo con sus pequeños negocios pero productivos, integrándose en todo tipo de culturas, climas o lenguas. Se me hizo raro ver que todos los asiáticos hablan francés.

Dejamos atrás el mercadillo y nos disponemos a buscar un sitio donde poder degustar de nuevo el plato típico de la Guayana, arroz con judías, presente en casi todos los platos como acompañantes, pollo o pescado y plátano frito.


Continuamos nuestro paseo por esta magnífica ciudad colonial, encontrándonos en nuestro camino con esculturas y casas de temática colonial:



Después de nuestro paseo, el calor nos invita a hacer una parada en un bar. Algunos tomamos un zumo de maracuyá mientras que a otros les da por probar algún que otro batido extraño con un toque picante, sí habeis leído bien, picante !! si no que se lo digan a nuestro amigo Dani. Ya sabeis si teneis la posibilidad de ir a la Guayana y teneis la posibilidad de elegir entre zumo de maracuyá y otro de Jengibre, no lo dudeis…


Volvemos al minibús a la hora acordada, hay algo de silencio en la vuelta al aeropuerto que nos llevará a donde todo esto empezó, algún que otro comentario que intenta romper ese silencio pero que no deja de hacer de esto algo triste y alegre a su vez.


19.30 despega nuestro avión A-300 con dirección a París. Todavía nos quedan unas cuantas horas para llegar a nuestro destino. El avión está casi al 100 %, es curioso como a la ida iba prácticamente vacío, parece que todo el mundo quiere salir y tan sólo unos pocos nos aventuramos a ir a la Guayana.

Durante el vuelo no hubo ningún problema, todo muy tranquilo, dando cabezadas de vez en cuando e intentando descansar. El servicio de Air Caraibes he de decir que me sorprendió, fue un verdadero placer volar con esta compañía, ya que nos dieron bastante comida y todo el líquido que quisimos.

Aterrizamos en París a las 8.35 hora local, teniendo en cuenta que para nuestra hora biológica son las 3.35 no estamos demasiado cansados, pues debemos sacar fuerzas para coger nuestro próximo vuelo a nuestros destinos pertinentes.

Llega la hora de despedirnos de nuestros amigos los franceses, aquellos con los que tan buenos momentos hemos compartido, unas personas muy simpáticas, que han hecho que este viaje sea un viaje ameno.

Es el momento de despedirnos de nuestra fantástica coordinadora y amiga, Mamen. Personalmente te doy las gracias por haber mirado por el bien del grupo en cada momento y por haber hecho de este viaje, un viaje inolvidable, ya que no sabemos si alguno de nosotros volveremos a la Guayana alguna vez en nuestra vida.

Cogemos el tren que une la terminal oeste con la este y llegamos a la zona de embarque donde aprovechamos para intercambiar las fotos que albergan nuestras cámaras.

Es la hora de despedir a Borja y a Sandra, que decir, todo un placer viajar con vosotros, espero compartir más experiencias con vosotros en próximos destinos.

Laura, Dani y yo embarcamos en nuestro vuelo de Iberia a las 12 AM con dirección a Madrid, un viaje que se pasa bastante rápido después de haber estado 9 horas en un avión metido 2 horas es un paseo.

Compañeros de viaje, lectores, aquí acaba nuestro viaje a la Guayana, un mundo aparte del que estamos acostumbrados a vivir, un sitio inolvidable, tanto por la gente que allí vive como por las experiencias que ofrece este lugar.

Espero que esta oportunidad que hemos podido disfrutar, la puedan seguir disfrutando en un futuro más estudiantes ya que es algo que no se puede describir, pues a cada uno le aporta una experiencia distinta, profesional, social, aventurera, cultural…

Gracias a todos los que habéis hecho todo esto posible, tanto la gente que nos ha guiado y acompañado por Guayana como a los que han movido los hilos para que se haya hecho posible.



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