Con tan sólo un día en Kourou a las espaldas hay una sensación generalizada de llevar muchos más. Todo muy bien, acomodados y adaptados perfectamente con el resto de miembros del equipo.
La mañana un poco complicada porque me levanté bastante mareada pero la cosa mejoró a lo largo de la mañana. Visitamos el museo del centro espacial haciendo fotos y comprando algunos souvenirs espaciales. Pudimos disfrutar de carteles sobre la evolución del trabajo espacial realizado, contemplar una réplica a escala 1:1 bastante fidedigna del Ariane 5 en la entrada al museo, ver la evolución de los distintos Ariane comparando las características de cada uno a escala 1:10, intercambiar charlas e impresiones con nuestros compañeros franceses, etc.
La comida la pasamos en el apartamento, cocinando unos espaguetis con salsa boloñesa y entre risas y charlas. Por falta de tiempo no pudimos ir a la piscina de un hotel cercano con los franceses ni a la playa, sin embargo nos entretuvimos cogiendo cocos frente a nuestra casa e incluso logramos abrirlos, beber el jugo interior y comerlos.
La cena se organizó en el jardín de nuestra casa, bebiendo ron con zumo, comiendo pizzas encargadas y algunos aperitivos diversos. Todo muy ameno y discurrido aunque parece que los chicos búlgaros no quieren integrarse demasiado ni charlar con el resto y el intento de Mamen de hacer presentaciones individuales de cada persona resultó fallido. El único incidente destacable fue que a David le picaron los mosquitos toda la espalda pero parece no ser de gravedad.
Finalmente volvimos a las habitaciones y tras charlas, risas y tonterías entre nosotros, los leemings, fuimos a dormir realmente cansados del día y esperando una aventura nueva por descubrir el siguiente día.
Laura
La mañana un poco complicada porque me levanté bastante mareada pero la cosa mejoró a lo largo de la mañana. Visitamos el museo del centro espacial haciendo fotos y comprando algunos souvenirs espaciales. Pudimos disfrutar de carteles sobre la evolución del trabajo espacial realizado, contemplar una réplica a escala 1:1 bastante fidedigna del Ariane 5 en la entrada al museo, ver la evolución de los distintos Ariane comparando las características de cada uno a escala 1:10, intercambiar charlas e impresiones con nuestros compañeros franceses, etc.
La comida la pasamos en el apartamento, cocinando unos espaguetis con salsa boloñesa y entre risas y charlas. Por falta de tiempo no pudimos ir a la piscina de un hotel cercano con los franceses ni a la playa, sin embargo nos entretuvimos cogiendo cocos frente a nuestra casa e incluso logramos abrirlos, beber el jugo interior y comerlos.
La cena se organizó en el jardín de nuestra casa, bebiendo ron con zumo, comiendo pizzas encargadas y algunos aperitivos diversos. Todo muy ameno y discurrido aunque parece que los chicos búlgaros no quieren integrarse demasiado ni charlar con el resto y el intento de Mamen de hacer presentaciones individuales de cada persona resultó fallido. El único incidente destacable fue que a David le picaron los mosquitos toda la espalda pero parece no ser de gravedad.
Finalmente volvimos a las habitaciones y tras charlas, risas y tonterías entre nosotros, los leemings, fuimos a dormir realmente cansados del día y esperando una aventura nueva por descubrir el siguiente día.
Laura








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