jueves, 9 de septiembre de 2010

Día 3: visita al Zoo y actividades de aventura


Son las nueve y media de la mañana y los móviles empiezan a sonar indicando que es hora de levantarse. Nos quitamos las legañas como podemos y mientras uno se ducha con agua bien fría los demás nos tomamos nuestro café o vaso de leche acompañado de los deliciosos Chocapic o de los sosos Kellog’s. Hemos quedado en una hora, así que tenemos que darnos prisa. Pero como los españoles somos así, llegamos con unos 10 minutos de retraso… aunque el autobús que nos llevaría al Zoo aún no había llegado. Porque efectivamente, ¡hoy era el día de la visita al Zoo! Íbamos a ver la fauna característica de la Guayana Francesa y además… nos aguardaba una sorpresa.


El Zoo se encuentra a unos 40 minutos en autobús y durante ese tiempo pudimos conocer más a fondo a nuestros compañeros franceses y búlgaros. Todos los franceses estaban estudiando ingeniería como nosotros, los búlgaros marketing, multimedia y másteres de Espacio.

Por fin llegamos al Zoo, eran ya casi las once y media de la mañana, y nada más bajarnos del autobús tuvimos nuestro primer contacto con la fauna guayanesa… tres iguanas estaban vigilándonos desde una pared de piedra. Mientras nos acercábamos a ellas para intentar sacar alguna foto, los coordinadores estaban discutiendo si ir a comer primero y después acceder al Zoo, pues la visita dura unas 3 o 4 horas, o si por el contrario visitar durante dos horas el zoo, volver a la puerta principal a comer y continuar de nuevo la visita. Al final se decidió por la primera opción, aunque las cosas no salieron muy bien, pues tuvimos que esperar más de una hora y media hasta que prepararon la comida para las 18 personas que éramos.


Tras comer un helado de vainilla y chocolate y sin reposar la comida, por fin entramos al Zoo. El Zoo estaba situado en medio de la selva, es decir, había jaulas enormes donde se encontraban los distintos animales rodeadas completamente por flora tropical, destacando principalmente los diferentes tipos de palmeras. Entre los primeros animales que pudimos ver fueron los diferentes tipos de reptiles, como la anaconda, otras serpientes o los cocodrilos y las aves de la Guayana, como los tucanes, loros…




Pero lo emocionante llegó a la mitad del recorrido… la sorpresa era un circuito a unos  10 metros sobre el suelo, lleno de pruebas y tirolinas. Aunque íbamos en todo momento con arneses de seguridad, la adrenalina en nuestro cuerpo era muy superior a la habitual y el sentimiento de acojone constante en nuestro cuerpo, pero todos, como buenos aventureros que somos, fuimos capaces de superar todas las pruebas. De verdad  ¡¡ fue una pasada!! 
 

El recorrido duro una hora y tras estar ya todos de nuevo en tierra firme empapadísimos de sudor, disponíamos de muy poco tiempo, unos 30 minutos para finalizar la visita, así que corriendo fuimos a visitar los últimos animales que quedaban, pero entre los cuales se encontraban el albatros, el ave con mayor envergadura del mundo, unos 3.6 metros de punta a punta, el oso hormiguero, los monos tan graciosos como siempre o los perezosos.
La visita al Zoo fue a parte de divertida, muy emocionante, pudimos conocer de primera mano la fauna y flora guayanesa, conocernos a nosotros mismos y pasar una tarde inolvidable.

A la vuelta, ya en Kourou y tras darnos de nuevo una buena ducha de agua fría, quedamos con los franceses para ir al centro de Kourou y visitar la playa, aunque para mañana tenemos preparada una visita con todo el grupo, así que en la próxima entrada del blog podréis conocer más detalladamente cómo es Kourou y sus encantos.

Borja

No hay comentarios:

Publicar un comentario